Inspirado en los ice-stupas que existen en los Himalaya de la India, un grupo multidisciplinario de expertos desarrolló en Chile con apoyo de Corfo un primer prototipo que busca reservar el agua precipitada de invierno para disponibilizarla en los meses de primavera y verano.
Se trata del proyecto Nilus de los chilenos Manuel Soto y Sebastián Goldschmidt, ambos ingenieros y que crearon una solución basada en la naturaleza para almacenar agua y proteger los recursos que administran y restauran de manera sostenible los ecosistemas precordilleranos. El prototipo se desarrolla en el sector del parque Arenas en el Cajón del Maipo cercano al glaciar El Morado.
Un proyecto que tiene como objetivos rehabilitar los ecosistemas precordilleranos mediante la implementación de glaciares artificiales y un modelo de IA para la gestión del agua y el clima, además de promover un cambio cultural para reconocer el agua como un elemento sagrado esencial para la vida.
El funcionamiento central es sencillo, desde una fuente de agua, esta se conduce descendiendo hasta una diferencia de altura suficiente que permita utilizar esta energía potencial gravitatoria para pulverizar el agua sobre una estructura base, como puede ser un domo.
Con las condiciones adecuadas, esta agua se congelará de manera más rápida ya que se ha reducido su tamaño. Se genera así un hielo de forma cónica, geometría que permite reducir la velocidad de derretimiento al tener menor superficie expuesta al sol.
Esto permitirá captar y acumular agua durante la época invernal y permitir el acceso a ella en épocas estivales, aumentando el ciclo de derretimiento.
Sebastián Goldschmidt explica por qué fue tan importante para el proyecto la experiencia de los ice-stupas de los Himalayas. “La sencillez de esta práctica nos cautivó. Pulverizar el agua a cero grados y que con esta agua vive gente a tres mil metros de altura. Es tecnología probada que nos hizo pensar en lo que se podría hacer en la Cordillera de Los Andes. Es un sueño recuperar ecosistemas cordilleranos, reparar glaciares y, sobre todo, el trabajo con las comunidades. Es muy potente”. señala Goldschmidt.
Agrega que se encuentran en una etapa de desarrollo de prototipo, con el objetivo de crear el primer parque hídrico de Chile, con 50 de estas estructuras de hielo, en la que pretenden hacer mediciones y ver el real impacto de esta innovación con la instalación de un laboratorio de alta montaña.